Introducción
Abriré en parábolas mi boca, publicaré lo que estaba oculto
desde la creación del mundo. (Mateo 13 35)
Habíamos
entendido lo que dice la Biblia acerca de la creación del hombre
y de nuestro mundo, dándole el valor de historia, entendiendo
que una primera pareja pecó y todos los demás, toda la
humanidad, heredó el pecado que cometió aquella primera pareja.
Pero la realidad es diferente.
No es
una historia, es una parábola que nos quiere enseñar y hacernos
ver nuestra realidad aquí, lo que nos trajo a este estado en el
que hoy nos encontramos y que por la gracia de Dios, nos ha
concedido este peregrinaje para que por medio de Él seamos
salvados.
Lo que dice la Biblia acerca de la
creación del hombre es una parábola, y en la palabra hombre está
incluida toda la humanidad.
Veremos que no fue un solo hombre o una sola mujer, sino que
fuimos todos y cada uno de nosotros los que desobedecimos a
Dios, y cada uno acarrea las consecuencias de su propia
decisión.
Lo verdadero de este relato de la
creación del hombre, de su pecado, es que es una parábola, y con
esta parábola se nos quiere hacer entender que Dios es
perfectamente justo, y no hace recaer el pecado de uno en los
demás, sino que cada uno lleva en sí las consecuencias de su
propio pecado.
Sería incluso contrario a la justicia
divina, pues Dios conoce perfectamente a cada uno.
Fuimos cada
uno de nosotros que libre y voluntariamente desobedecimos y
aceptamos el engaño del maligno, conforme veremos en los textos
bíblicos en este libro.
Antes de comenzar a leerlo, vamos a
hacer una ligera referencia a lo que está escrito en “La Verdad
de la Creación en el Génesis”, que habla de nuestra historia
desde el hombre espiritual hasta el hombre terrenal, unos años
después, vi en las explicaciones de una Biblia, que el relato de
la “Creación en el Génesis” fue escrito por diferentes autores,
en textos independientes.
Aún no
existía la Biblia tal como hoy la conocemos, sino que fue
ordenada posteriormente muchos siglos después, siguiendo un
orden lógico. Los libros entonces eran pergaminos que se
enrrollaban, como vemos cuando Jesús abrió el rollo o volumen
para leer el texto del profeta Isaías.
(Lucas 4 16).
Y para que quedara toda esta verdad
bien clara, el relato de la creación del hombre espiritual y su
caída en el pecado, fue revelado por Dios a alguien en primer
lugar, y luego en segundo lugar unos cinco siglos después, fue
revelado el relato de la creación de nuestro universo y nuestra
condición humana, “a imagen y semejanza de Dios”.
El primer
relato, la creación del hombre espiritual, se escribió en el
siglo X antes de Cristo, en tiempos del rey Salomón, y el
segundo, sobre la creación del universo y la condición terrenal
del hombre, en el siglo V antes de Cristo, escrito por
sacerdotes cuando el regreso del pueblo del destierro de
Babilonia (según dichas explicaciones históricas), que detalla
la Biblia Latinoamericana en su edición de 1972.
Si Dios
reveló el relato de la creación preparado para la vida terrenal
del hombre, unos quinientos años después, dejó un amplio periodo
de tiempo entre la revelación de uno y otro relato, como para
que entendiéramos mejor que primero éramos seres espirituales, y
luego se nos dio por su gracia nuestra condición de seres
terrenales.
Y que
entre ambos, entre el hombre espiritual y el terrenal, quedaba
un amplio espacio de tiempo del que nada conocíamos, y por ello
incluí en aquel libro un tema titulado el “Vacío”.
Ahora
sabemos más sobre este “Vacío” en el tiempo, porque el Señor me
hizo entender otros textos de la Biblia que hablan de ello, como
“las regiones inferiores a la tierra”, y “seol”, que ahora
podemos entender, y reconocer más profundamente la misericordia
de Dios para con nosotros, dándonos la opción a través de estos
estados que nos ha concedido, para que purificados regresemos a
Él, para gozar de la gloria eterna que nos tiene preparada, que
será según dice la Biblia la gloria postrera será mayor que la
primera. (Hageo 2 9).
Y eso
quiere decir que los que regresemos salvados, gozaremos una
plenitud de gloria mayor de la que gozábamos en el Jardín de
Edén.
Y como desconocíamos todo eso, ha
sido el Espíritu Santo de Dios el que me ha llevado a ver la
verdad completa de nuestra historia. Que sea para gloria de
Dios. El pueblo de Dios, la iglesia de Dios es guiada por el
Espíritu Santo según nos dice Jesús.
Mucho tengo todavía que deciros, pero
ahora no podéis con ello. Pero cuando venga el Espíritu de la
Verdad os guiará a la Verdad completa, pues no hablará por su
cuenta sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de
venir. (Juan.16 12 13). Esto les decía Jesús a sus discípulos. Y
fue después cuando en aquel primer Pentecostés, se manifestó el
Espíritu Santo para iluminar y guiar a la iglesia que nacía. Y
así sucedió de que los apóstoles iban obrando según el Espíritu
les guiaba. Y después de esto el apóstol Pablo tuvo importantes
revelaciones, como dejó escrito: que la iglesia es el cuerpo de
Cristo, que Cristo es la cabeza y nosotros sus miembros, cada
uno en función de los dones que el Señor reparte a cada uno.
Y esto nos
hace comprender mejor las palabras de Jesús en la última cena,
cuando dijo este es mi cuerpo y esta es mi sangre. Es decir, el
cuerpo somos nosotros, el pueblo de Dios, y redimidos por su
sangre como ya sabemos. Es la iglesia resucitada por Cristo.
Además Pablo dio testimonio de ello manifestando:
no soy yo sino
que es Cristo que vive en mí. (Gálatas. 2 20).
O cuando
dijo: Yo solo nada puedo pero en Cristo todo lo puedo.
(Filipenses.4 13). Y también que somos templos del Espíritu
Santo. (Primera de Corintios.3 16 17).
También
Jesús después de resucitado en una de las apariciones a sus
discípulos, les abrió sus inteligencias para que entendieran las
Escrituras. Y desde aquel momento los apóstoles comprendieron
las profecías que anunciaban al Mesías, y se dieron cuenta que
es Jesús el Mesías anunciado. Este mismo don para entender las
Escrituras, es lo que el Señor me ha dado para comprender la
verdadera historia de nuestra humanidad, desde que fuimos
creados en el jardín de Edén, que era la vida espiritual que
gozábamos en la gloria de Dios.
Y después de nuestra caída en el
pecado, Dios nos mostró su gran Amor de Padre, que creó este
mundo natural en el que estamos concediéndonos el retorno al
Padre más allá de la gloria en la que vivíamos en el principio,
cuando estábamos en un proceso de crecimiento en el jardín de
Edén. Esto para los salvados, y la condenación para todos los
que rechacen la Vida en Dios.
Todo por el principio de libertad en
el que fuimos creados, por el que cada uno puede elegir
libremente.
He de
completar aquí lo que el Señor me ha hecho ver después de
escribir y publicar el libro “La Verdad de la Creación en el
Génesis”, para añadir los textos de las Escrituras, Cuánto
necesitamos conocer, para completar lo que dice en aquel libro.
Y todo lo que nos ha hecho ver ahora
nos lleva a la verdad completa sobre nuestra existencia, desde
nuestra creación en el jardín de Edén hasta nuestro retorno al
Padre. Desde que todos habíamos pecado y fuimos arrojados de
Edén, pasando por el estado de purificación en las regiones
inferiores a la tierra, y por este estado de humanidad de donde
surgen dos caminos. El regreso al Padre o la condenación eterna.